La luz melanópica hace que las personas se sientan bien
No basta con tener una iluminación que facilite la tarea de ver y trabajar. Un entorno de iluminación realmente bueno es aquel que también favorece el ritmo circadiano de las personas.
La iluminancia se mide de varias formas
La luz se mide en lux. Esa unidad se utiliza para describir la cantidad de luz que incide en una determinada superficie o está presente en una habitación. Pero ¿sabías que existen diferentes tipos de lux? Tradicionalmente, el lux siempre se ha referido al llamado lux fotópico. El lux fotópico es la cantidad de luz que es crucial para lo visual, es decir, la cantidad de luz necesaria para que podamos ver bien y poder realizar nuestras tareas laborales. Pero, a medida que los estudios nos han enseñado cada vez más sobre los efectos biológicos no visuales de la luz, se ha establecido un concepto completamente nuevo en el diseño de la iluminación.
El lux melanópico afecta el ritmo circadiano
El lux melanópico es la unidad que se utiliza para medir cómo la luz afecta a los receptores que controlan nuestro ritmo circadiano biológico. La cantidad y composición espectral de la luz en la que pasamos el tiempo es de gran importancia, tanto para cómo dormimos como para cómo nos sentimos cuando estamos despiertos. Todo es natural y consiste en cómo a los humanos nos afecta la luz del cielo y el sol cuando estamos al aire libre. La luz blanca con una alta temperatura e intensidad de color aumenta la secreción de hormonas del estrés y nos hace estar más alerta, al igual que una mañana clara y soleada. La luz «melanópica» que crea la iluminación eléctrica sigue la distribución espectral de la luz natural dentro de las longitudes de onda que afectan a nuestro sistema biológico. De este modo, puede ayudar a mantener el ritmo circadiano.
Para entornos en los que el ser humano es el centro
Nuestro ritmo circadiano se nutre de las rutinas, por lo que la iluminación diseñada con iluminancia melanópica es especialmente eficaz en entornos en los que pasamos más tiempo, como puede ser en la oficina o en clase. Los entornos sanitarios, como los hospitales, las clínicas psiquiátricas y las residencias de ancianos, son ejemplos en los que la salud tanto de los pacientes como de los profesionales sanitarios se beneficia de un ritmo circadiano que funcione.